He hecho la mili.
Se que eso me pone en el museo de los antiguos y en el pobre lugar de los que no tienen un enchufe que llevarse a la boca.
Pero no todo fue perder el tiempo. Traté con muchas personas. De muchos sitios. Llevaba como equipaje mis prejuicios perjuciosos contra los habitantes de algunas regiones que denotasen serlo, por serlo.
Y me encontré a personas que con su calor derritieron los prejuicios. También me encontré personas extremadamente desagradables, pero lo eran como personas y no como hechos geográficos.
Y aunque soy pacifista, me gustó disparar un cañón. Soy condescendiente conmigo mismo y lo achaco a que la alegría era por el ruido como de traca final de los fuegos artificiales de la fiesta mayor del pueblo. Y no por sentirme poderoso. Me tengo engañado.
sábado, 22 de octubre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario