Las cámaras ocultas enseñan mucho. Y eso que solo me refiero a las cámaras ocultas que se pueden emitir en las televisiones públicas y horarios familiares.
Un grupo de gente, que en realidad es un grupo de ganchos, afronta una situación de determinada manera y en medio el pardillo flipa, alucina y tiende a confundirse con el terreno de la mayoría. Dejándose llevar. Los ganchos, digo, el resto de la gente parece muy segura y motivada en una determinada dirección. Seguro que estoy equivocado.
sábado, 27 de agosto de 2011
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