En un pueblo del lejano oeste un forastero se sorprende al encontrar por todos los lados dianas pintadas, con un balazo en el centro. Pregunta por ello y le dicen que eso lo hace Bill el habilidoso. En un momento dado le presentan a ese Bill y le pide que le haga una demostración. Bill se pone a veinte pasos de un árbol y dispara. Después se acerca al árbol con un bote de pintura y un pincel y pinta una diana alrededor del impacto de la bala.
Es fácil atinar en la diana, solo hace falta algo de pintura y un poco de literatura. Puede ser la enésima obra del autor consagrado y la pintura ponerla sus seguidores incondicionales o puede ser una decisión de un presidente de empresa y la pintura ponerla sus subordinados y ayudantes.
Caiga donde caiga un disparo, siempre se puede hacer que esté en el centro de una diana.
lunes, 22 de agosto de 2011
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2 comentarios:
¿me permite? me ha parecido genial la diana y sin necesidad de pinturas posteriores.
Muchas gracias.
He destacado el aspecto de "fabricar" una diana perfecta, pero también puede ser que todas las superficies tengan infinitas dianas invisibles y disparemos donde disparemos, siempre será una diana perfecta para algo o para alguien. Aunque no sea donde queríamos dar.
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