Influidos por los años en los que lo mejor era no "meterse en política" tenemos la percepción de que la política es eso de afiliarse a un partido. Pero en realidad somos peces que nadamos en política, aunque no queramos. El hombre es un animal político por naturaleza, al ser un animal social. Lo que hace, dice, o deja de hacer o de decir causa efectos en su entorno social y lo que se hace, dice o se deja de hacer o de decir en su entorno social le causa efectos a él. Hacemos política tan naturalmente como respiramos. No será una política de organizaciones políticas, pero es política.
Pero esa naturalidad se pierde al pasar a la política de grupos políticos. Parece que hay que tener una serie de cualidades, aptitudes y actitudes para hacer la política que se hace en grupos políticos. No sirve cualquiera y no vale solo con ser un ciudadano. Este escalón, este bordillo, esta barrera arquitectónica separa a los "políticos" de los ciudadanos. Los "políticos" tienen servidumbres y recompensas por el hecho de serlo que no tiene el resto de los ciudadanos. Lo que tendría que ser un continuo entre la acción política ciudadana personal directa y la política ciudadana delegada tiene una ruptura de continuidad que hace no-natural para el ciudadano el dedicarse a la política que se hace en grupos políticos. Me parece curioso. Y me parece que es el punto en el que empieza la separación entre ciudadanos y políticos.
No me explico muy bien, pero yo me entiendo.
miércoles, 11 de enero de 2012
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