Y el tiempo pasa y la iglesia, después de emprender su propio regreso al pasado, se encuentra tan cerca de los cismáticos, que es posible una reunión. Después de todo, los lefebvrianos son ardientes defensores de valores muy próximos al corazón de la iglesia. Y entre los lefebvrianos hay personas de bien, orden y respeto con muchos posibles e influencias.
Así está pensado que suceda:
El Vaticano quiere "premiar" al último grupo cismático de la Iglesia católica, la Fraternidad de San Pío X (más conocidos como lefebvrianos), concediéndoles una Prelatura Personal, un privilegio que hasta ahora sólo tienen los seguidores de Escrivá de Balaguer. Así se lo ha hecho saber el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, William Levada, al líder de los lefebvrianos, Bernard Fellay, durante un encuentro mantenido ayer en el Vaticano. A cambio, sus líderes, que niegan el diálogo inter-religioso y la sociedad democrática, defienden las misas en latín y algunos, como el obispo Richard Williamson, que han sido condenados por minimizar el Holocausto, tendrán que aceptar plenamente el Concilio Vaticano II.Aquí hay más
Con esencias cada vez más puras y carisma cada vez más caro
3 comentarios:
¿convertirlos al catolicismo?
Es demasiado el confundir la biología con la teología.
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