Los rescates tienen unas tarifas muy altas. Desde los rescates de secuestros a los rescates marítimos, pasando por los rescates de países enteros. Para los que se dedican a ellos, la operación no deja de tener riesgos, pero la recompensa es tal, que si hubiese publicidad y libre concurrencia, la cola de los aspirantes a secuestradores y rescatadores daría dos vueltas a España y un tour en Francia.
Los secuestradores se fabrican su propia ocasión de rescate, apoderándose de la persona a rescatar. Los barcos comerciales de rescate tienen que esperar la ocasión apurada de un barco para poder hacer un rescate. Y en cuanto al rescate de todo un país creo que hay una parte de cada cosa. Hay un esperar la ocasión, propiciándola. No hay nada personal; son negocios.
El precio del rescate
domingo, 28 de noviembre de 2010
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