Don Mariano quiere una oportunidad. Dice que hay una alternativa. Con eso no dice toda la verdad; la alternativa es lo que tenemos. Lo que él quiere que tengamos es la receta clásica para todos los males: despido más barato, menos fondos sociales y menos impuestos para las empresas. Con sus sinónimos de flexibilizar el mercado de trabajo, recortar gastos y dinamizar la producción y su descripción detallada de abandonar a los más débiles, a los que menos suerte tengan para que se los coman los lobos mientras en la carroza se brinda con champan.
No creo que sus palabras engañen a nadie así que los que opten por la receta tradicional no pueden decir que los han engañado, simplemente no quieren oir los reproches a su profundo egoismo, no quieren sentirse responsables. Siéndolo.
Al final la oportunidad no es para saltar al ruedo y enfrentarse a cuerpo limpio a un animal con largos cuernos; la oportunidad es para lanzar a otros a ese ruedo para que los pille el toro.
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