lunes, 30 de julio de 2012

Zumo de naranjada caliente en el asiento

Buenos días. Les habla su piloto; el comandante Mariano. Nos encontramos de forma provisional en los nueve mil metros.
Siguiendo las prácticas de información transparente que nuestra compañía sigue les informo de que estamos en un proceso continuo de ganancia negativa de altura que facilita nuestro objetivo final a conseguir, que es llegar a una altura cero. Así que por ahí todo va adecuadamente bien.
Como todos ustedes saben en un avión no se puede gastar más combustible del que se embarca y se embarca solo el que se se cree que se va a gastar que siempre se puede reducir un poco más. Nuestro preparado equipo de tripulantes ha examinado con detenimiento los instrumentos de medida de la situación y ha llegado a la conclusión de que un exceso de regulaciones aeroportuarias tienen la culpa de que con el combustible que tenemos no podamos llegar a nuestro destino. No pierdan la calma pues todo tiene solución y dado que con ese combustible no podemos llegar lanzaremos fuera doscientos litros para que la aeronave sea más ligera y le sea más fácil cumplir su destino final. No nos hemos detenido ahí y tenemos un plan complementario e incluso suplementario para el caso de que el primero vaya en el buen camino pero se necesite ahondar en las medidas o que al final no lo llevemos a cabo por vete a saber que líos. Ese plan consiste en dejar en este lugar a los pasajeros que no sean preferentes con sus equipajes y todo. Esta medida naturalmente sería provisional y cuando las circunstancias sean mejores volveremos a recogerlos.
Son momentos serios y si están escuchando de fondo las risas de mi navegante Cristóbal tengan en cuenta que se ríe porque él sí tiene paracaídas y eso le hace mucha gracia.