domingo, 12 de febrero de 2012

Apaseando la ciudad

Estaba paseando sin otro objetivo que el paseo y dada la naturaleza de la actividad a los mandos estaba mi yo inconsciente e inconsecuente. Me adelantó una chica e inevitablemente mis ojos inconscientemente enfocaron los glúteos de la chica. Durante unos segundos, naturalmente. Mi yo inconsciente e inconsecuente logró conectarse a alguna neurona y tuvo el siguiente pensamiento digno de ser esculpido en un azulejo de taberna: "¿Qué tendrán esos movimientos que los hace tan atractivos?" La actividad neuronal despertó a mi yo pensador reflexivo que aplicó una colleja a mi yo irreflexivo en forma de respuesta "Esos movimientos no 'están hechos' para atraerme, yo 'estoy hecho' para que esos movimientos me atraigan". En cuanto estén en vigor todos los artículos de la reforma laboral, voy a despedir a esos dos yoes y contrataré unos más normales. Ni pasear tranquilo puedo con estos.

No hay comentarios: