martes, 15 de noviembre de 2011

La jaula de grillos de Skinner

“Uno de los experimentos más famosos de Skinner fue cuando examinó la formación de la superstición en uno de sus animales de experimentación favoritos, la paloma. Skinner puso a unas palomas hambrientas en una caja unidas a un mecanismo automático que suministraba comida a la paloma, a intervalos regulares independientemente de lo que la paloma hiciera. La actividad que la paloma estuviera haciendo en el momento antes del suministro de comida, sería la actividad que la paloma continuaría haciendo.

Un pájaro fue condicionado para dar vueltas a la jaula en el sentido contrario de las agujas del reloj, unas dos o tres vueltas por reforzamiento, otro erguía su cabeza hacia una esquina de la jaula. Otras dos desarrollaron un movimiento pendular del cuerpo y la cabeza.

El experimento parece mostrar una pequeña superstición. El pájaro se comportaba como si hubiera una relación causal entre el comportamiento suyo y la administración de comida, aunque esa relación era inexistente. Hay muchas analogías en el comportamiento humano. El ritual de cambiar la suerte de uno a las cartas es habitual. Unas pocas conexiones accidentales al azar entre un ritual y consecuencias favorables son suficientes para establecer un mantenido comportamiento a pesar del hecho de que no haya reforzamiento causal. Estos comportamientos no tienen efecto real sobre la suerte de un sujeto, justo como en el caso donde la paloma era alimentada independientemente de su conducta.”
Los mercados son una fuerza ciega que tantea, empuja, escarba, tira y pulsa todo lo que puede para ver si con eso obtiene un beneficio. Desde luego una parte de los mercados no se sale del guión marcado pero hay otra parte que hace en su conjunto de todo. Y cuando al hacer algo cae un grano de maíz lo que hay que hacer es repetir lo último que se hizo. Los mercados son más listos que las palomas, desde luego, y se fijan unos en otros. Si alguien obtiene un grano de maíz, lo mejor es hacer lo mismo que hace él. Y seguro que repitiendo, repitiendo y ampliando la acción; el maíz acabará cayendo.
En otra capa están los dirigentes que mandan hacer cosas y luego observan a los mercados. Hacen algo, ven si los mercados reaccionan bien y tienen su maíz y si es así repetirá la acción. Y la repetirá y repetirá ampliada hasta que a los mercados le caiga su maíz. Y entonces pensarán "que bien he hecho haciendo lo que hay que hacer".
Y en eso estamos. Multiplicando casualidades como si fuesen causalidades.

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