viernes, 1 de octubre de 2010

Mucha, mucha, policía

He dado una leída a las noticias sobre el incidente en Ecuador y tiene alguna parte épica y lírica, como la del presidente acudiendo en persona a un cuartel sublevado para lanzar un discurso a los policías incluyendo descubrirse el pecho y decir que si lo quieren matar que lo hagan ya. Pero esa es la parte "folclórica". El asunto es saber el porqué. No he logrado encontrar cifras económicas de la reducción que representa el quitar la parte del sueldo correspondiente a bonos y condecoraciones, y aunque alguno ha apuntado y disparado un cinco por ciento de reducción de sueldo, no me acaba de convencer la cifra.
El presidente acusa a la oposición acusando a la policía de dejarse llevar por la oposición. No se. Tengo que hacer un grandísimo esfuerzo para creer que la policía de Ecuador, de repente se ha hecho marxista-leninista. Creo más bien que la reducción real o malcalculada es de tal magnitud que ha indignado a los policías en su parte de asalariados, tanto como para romper sus juramentos y hacerles olvidar su deber. Eso es inadmisible en un policía, que debe seguir obedeciendo y reprimiendo aunque no lo paguen, porque para algo se ha hecho policía.
El llegar a atacar al presidente cuando el presidente les ha retado a matarle si quieren matarle ha sido una demasía seguramente motivada por una interpretación demasiado literal de sus palabras. El intentar matarle lanzando un bote de gases lacrimógenos es un acto imperdonable, pues los gases lacrimógenos están reservados para intentar matar a la chusma roja y disolvente, no a los presidentes que se desvelan por velar por los intereses del país.
¿Habrá cambiado la opinión que el presidente tiene de la policía?
¿Pensará ahora que se pasan?
¿Pensará que los policías son unos cerdos?

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