miércoles, 7 de julio de 2010

La vida es difícil y no tiene atajos.

Hoy me he decido crear un blog. Quizás así, de manera anónima, consiga sacar toda esta mierda que me está matando por dentro.
Mi hija es autista, aún no sabemos bien el grado, los profesionales no se ponen deacuerdo. De todas formas no es algo que me preocupe. La han diagnosticado pronto y eso es lo importante. Ahora tiene 3 años, la diagnosticaron a los dos años y está yendo a un centro de estimulación desde los 2 años y medio. Su Neurólogo la diagnosticó a los 15 minutos de consulta. Estuvimos dentro como una hora y media, pero a los 15 minutos él tenía claro que mi hija tenía el “Síndrome de Asperger”. La sicóloga de su escuela y los profresionales del centro no lo tienen tan claro. La Sicóloga de la escuela la diagnosticó con un TGD sin especificar. En el centro creen, que mas bien, padece o un Autismo de alto funcionamiento, o algún tipo de déficit relacionado con la concentración y la atención. De todas formas gracias a su pronto diagnóstico la cosa va muy bien. Su evolución ha sido bestial y en pocos meses ha pasado de no querer relacionarse con nadie, a buscar a los demás niños para jugar.
Y es aquí, en este punto, donde me comen los demonios. El padre de un niño Asperger con el que estuve hablando el año pasado, su hijo tiene 8 años, me comentó que él, para no sufrir, no baja a su hijo al parque. Yo me quedé extrañado. ¿Por qué privar a mi hija de los juegos del parque y de los demás niños? Evitar sufrir ¿el qué? Bueno pues la respuesta es bien sencilla pero muy díficil de tragar. Evitar sufrir al ver a los niños como rechazan a tu hija. Ella siempre se acerca e intenta jugar al balón, a correr, al tobogán. Pero no entiende las reglas del juego, no habla casi nada, y menos con gente desconocida a los que no mira ni a la cara.
Ellos no lo entienden y acaban apartándola o no echándole el balón o simplemente como hoy… gritándole. Hoy se ha acercado a un grupo de niños, estaban jugando al fútbol. Esos niños la conocen de otras veces que mi hija a intentado jugar con ellos. Cuendo la han visto acercarse, uno de ellos, le ha dicho a los demás niños. – Esta niña ni habla, ni juega, ni hace nada. Vamos a gritarle todos para que se vaya -
Antes de que pasara nada he ido corriendo y la he cogido de la mano me la he llevado a casa. Y me he puesto a llorar.
He leido a padres, con hijos autistas, que comentan que al final se te hace como una especie de escudo de hierro que no deja que estas cosas te afecten.
De momento, mi escudo es de hojalata.

de aquí

A veces me gustaría que dios existiera. Para poder cagarme en él.










1 comentario:

Ñbrevu dijo...

"A veces me gustaría que dios existiera. Para poder cagarme en él."

No se me ocurre mejor forma de decirlo.