miércoles, 21 de julio de 2010

Fosa común

Las fosas comunes están llenas de horrores. Por lo que contienen, por lo que ocultan y porque son comunes. Dolorosamente comunes, por abundantes.
Los cuerpos los ocultaron con tierra y los hechos los ocultaron con la mordaza sobre la palabra y lo escrito. No es difícil quitar la tierra y mientras sigan existiendo los que tienen los recuerdos se podrá mostrar la realidad de cada historia. Pero esta sociedad en su conjunto es como el rebaño de ovejas dentro de un campo guardado con los hilos de un pastor eléctrico. En ese rebaño, el inconsciente colectivo tras una historia llena de calambres está marcado con qué a ciertas cosas es mejor no acercarse.

Una luz; Menasalbas

3 y 4 de Abril de 1939

En la tarde del 3 de abril de 1939, al menos cuatro vecinos de Menasalbas (Toledo), volvían a su pueblo después de haber estado en el frente de batalla, en defensa de la legitimidad democrática de la II República Española. Cada uno de ellos intentó, al anochecer, entrar por la parte más cercana a su casa, pero uno de ellos delató a sus compañeros nada más entrar en el pueblo, a las tropas franquistas recién llegadas, y a los falangistas. Y fueron estos últimos, paramilitares o civiles armados -“la guardia”-, que controlaban los accesos, los que detuvieron y apresaron a Bernardino Gómez Sánchez (Tte. de milicias del Ejército Popular de la República), Benigno Gómez Sánchez-Petronila, y Pablo Zarzalejo Jiménez “ojochico”. El día anterior, había sido detenido y apresado, el también soldado republicano, Gregorio García Gutierrez “el bomba”. Fueron conducidos a la cárcel del pueblo, donde se encontraban, además del “bomba”, catorce civiles vecinos de conocida filiación republicana. Poco después, sacaron a todos de la cárcel, y les llevaron al “corralón” de la Posada que había en la Plaza Mayor, y allí, les golpearon y torturaron de forma atroz, cruel e inhumana -algo muy habitual en el comportamiento falangista-, produciéndose incluso, horribles amputaciones. En la madrugada del 4 de abril de 1939, estos dieciocho vecinos de Menasalbas, fueron sacados del corralón de la Posada, atados por parejas y conducidos hacia la muerte por la calle Jardines (“las cadilleras”), en dirección al cementerio del pueblo. Poco antes de llegar al macabro destino, la cuerda que ataba a una de las parejas -la de los hermanos Gómez Espinosa- fue cortada, y uno de ellos, logró escapar. Los diecisiete restantes, fueron colocados en el exterior de una de las tapias del cementerio, y allí mismo, asesinados-fusilados. Los cadáveres de todos ellos, teóricamente diecisiete, fueron ocultados en una fosa común de poca profundidad, excavada junto a ésa tapia del cementerio; la fosa común nº 1 de Menasalbas.
El pasado Sábado 17 de Julio, un equipo interdisciplinar de la Federación Estatal de Foros por la Memoria comenzó la excavación de la fosa común nº1 de Menasalbas tras varios meses de planificación previa

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La Federación Estatal de Foros por la Memoria, impulsora de la exhumación, junto a la Gavilla Verde, ha puesto una denuncia en los juzgados de Toledo comunicando el hallazgo de restos humanos con incontestables signos de muerte violenta. Aún no les han contestado

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