lunes, 15 de marzo de 2010

Embolic





porta tancada
que s'obre amb un gest
un gest amistós

miércoles, 10 de marzo de 2010

No hay que olvidar lo de Ucrania

El internacionalismo considera las fronteras como una barrera artificial impuesta y no como una cerca protectora que en realidad solo protege el sistema de castas socioeconómicas. Esa barrera artificial intenta diferenciar cosas, casos y personas extrafronterizas que son iguales, para que no se note la diferencia intrafronteriza de cosas, casos y personas que son distintos.
Creo que es de agradecer todos los esfuerzos de internacionalismo y por tanto aplaudo la iniciativa de CIU de poner una mirada crítica en la intolerable tiranía que sufrió Ucrania a manos de Stalin. En todas las víctimas de la represión, del hambre, de la tiranía. En todas las torturas e iniquidades que sufrieron cuantos protestaron y alguno que no protestó. No hay que perder la memoria histórica. Los hechos viles hay que recordarlos y no se los puede relativizar ni disculpar. Las dictaduras opresoras no tienen que tener ningún espacio de complacencia, ni en su existencia ni en su memoria.

http://www.elpais.com/articulo/espana/CiU/exige/ley/memoria/reconozca/abusos/bando/republicano/elpepuesp/20070831elpepinac_3/Tes

Leña al juez, que es de goma.

¿le ha hecho un agravio? ¿le considera resabidillo y soberbillo? ¿ha ilegalizado a su formación política favorita? ¿encontró basura bajo su alfombra? ¿le aburren sus conferencias? ¿le horrorizan sus sumarios? Pues ahora tiene ocasión de desquitarse. Estamos en el mes de darle una patada al juez. No se quede con las ganas y pateele con ganas.
Este mes está patrocinado por Falange. Su Falange de siempre.

Recuerde; este mes, patee al juez. Garzón. De siempre.

domingo, 7 de marzo de 2010

Rompo una lanza por el juez Garzón

Mi impresión personal sobre él es pésima. Y mi opinión sobre algunos actos suyos, es peor. Pero resulta que en este bendito país no hay una puñetera ley que haga justicia a los desaparecidos de la guerra civil, a los que si se cava en campos y cunetas dejarán de ser desaparecidos, a los niños que fueron arrebatados a sus madres al nacer, a los torturados y humillados que murieron de hambre, asco y pena. Sobre todos ellos y sobre todo ello pesa un losa tan pesada que el poder político parece no tener fuerzas ni ganas para levantarla y el poder judicial encuentra que es monolítica y sin ningún resquicio.
Y de repente aparece un juez que no solo no rehuye los expedientes de desaparecidos, si no que los solicita y que a falta de una ley apropiada fuerza los límites de las existentes. En una pura base teórica eso no es ningún problema, pues no hay perjudicados. Solamente podría perjudicar a fascistas cabrones y ya sabemos que en España no hay de esos. Así que fuerza y sigue forzando los límites de las leyes para poder hacer justicia y de repente se ve de encausador a encausado y de acusador a acusado. Pero no por cabrones fascistas, que de eso no hay en España, si no por amantes amantísimos de las leyes puras y pristinas. Y eso le pasa por ser un mal juez que no aplica las leyes como se deben aplicar.
A esperar otros setenta años.

El precio de opinar. Y de no hacerlo

Las opiniones no son gratuitas, todo lo más son insostenibles o inconsecuentes. Tienen costes ocultos.
Una opinión es la expresión de un deseo de que algo ocurra, o deje de ocurrir. Incluso opinar que Platón era un mamón, tiene que tener una relación con el tipo de cosas que prefieres que ocurran, si es que no es una opinión inconsecuente.
Están las opiniones públicas y las privadas. Las primeras serian las que expresamos ante los demás y las privadas las que dejamos para nuestro interior. Con la expresión de las públicas, en cierto modo, queremos hacer algo para que algo ocurra o deje de ocurrir; queremos sumar el peso de nuestro deseo a otros, para que esa opinión pese más y se tenga más en cuenta. Las privadas sirven para referenciar nuestra conducta a ellas. Si somos consecuentes.
Y ahora viene cuando la matan; Si pensamos en todo esto, tal vez eso nos lleve a expresar públicamente otra opinión distinta a la que tenemos, siempre y cuando eso sirva para que el deseo que hay tras nuestra opinión real, se vea favorecido. O podemos hacer como el veraz y lenguaraz filósofo que se chivaba a el asesino de donde estaba escondida la futura víctima. O dicho más suave, que nos importe menos el resultado de nuestras opiniones que el respeto por nosotros mismos.
Ah, y cuando no opinas, opinas lo que opina la mayoría.

sábado, 6 de marzo de 2010

Regresando al futuro

 
 un mapa real
de el destino final
de lo actual

viernes, 5 de marzo de 2010

Que viva Zapata ¡cabrones!

La muerte del señor Zapata no solo segó la vida de don Orlando; la cuchilla inevitablemente cortó más cosas. Cortó la esperanza de que la autocrítica fuese tan incisiva como la crítica a los demás. Cortó el hilo que sostenía la cotización del valor del individuo. Cortó los caminos principales forzando a huir de la verdad por tortuosos senderos. Cortó el poder hablar con esperanza de un sitio donde el capitalismo no impera, ni se le espera. Cortó el matiz. Cortó la esperanza en la primavera.
Y en ese corte, se fue una vida.