viernes, 4 de diciembre de 2009

Una variante al juicio clásico

Cuando el juez le da la última palabra al acusado antes de cerrar la persiana del juicio, el acusado suele desperdiciar esa ocasión meneando la cabeza en ademan de negación.
Que tontería. La historia y la literatura están llenas de bien traídos alegatos y monólogos que bien pudieran salvar una causa perdida en el último momento literal y literario.
Y aunque no logren inclinar la balanza de la señora con la venda en los ojos, lo que indudablemente harán será el llenar de cultura y nivel los prosaicos juicios mostradores de tanta miseria humana.
Que glorioso espectáculo el de un acusado de agredir a un vecino molesto, declamando las Catilinarias, que gran final a un juicio por ayuda a un suicidio que el monólogo de Hamlet, que gran estratégica del que desea dilatar el juicio, el repetir los discursos de Fidel.

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