viernes, 13 de noviembre de 2009

El sueño americano de una noche de verano

 Seguro que harán una película de esto. El hijo de un obrero de la industria del automóvil en paro naturalmente, abandona los estudios para seguir su sueño; ser un jugador de poker. En un primer momento el padre lo ve mal pero cuando el chico empieza a ganar dinero, se dijo "dejemos que siga su sueño" y que gane dinero. Y a lo tonto a lo tonto, va el hijo soñador y se gana ocho millones y medio de dolares por juntar dos nueves.
Es urgente una reforma del sistema educativo. Nuestros jóvenes pierden el tiempo estudiando cosas que no les van a servir para ganar millones de una tacada. Se tienen que introducir materias de jugador profesional deportivo y de casino. Y de especulador profesional. Ahí está el futuro. Ese es el camino.

http://es.noticias.yahoo.com/12/20091111/tod-a-los-21-anos-gana-8-5-millones-de-d-f62056d.html

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso es como la lotería.

Hace rico a uno, a los demás les queda la satisfacción de haber contribuido con su aportación voluntaria a incrementar las arcas del Estado.

Vamos a ver, Sr. Patache.

Usted que es un gran maestro en temas pedagógicos:

En una sociedad capitalista como la nuestra, ¿debe enseñarse en las escuelas el primer axioma de nuestra cultura que consiste en aspirar a ser rico?

Patache dijo...

¿acaso necesita enseñarse?
Los niños ya no quieren ser bomberos, quieren ser futbolistas millonarios. Eso es lo que hay. La cultura de que lo importante es el dinero obtiene especímenes con el pensamiento de que si no se aprovecha una ocasión de legalidad dudosa pero de provecho económico indudable, es que eres tonto.
Y se supone que nadie estudia para tonto.

Anónimo dijo...

De acuerdo Sr. Patache.

Entonces acláreme una duda.

Las escuelas, aparte de significar una fuente de ingresos para el personal que sostiene la institución.

Aparte de servir como lugar donde aparcar a los jóvenes.

¿para qué sirve?

Gracias por sus enseñanzas y mis mejores deseos para este nuevo año.

Patache dijo...

Hay un dicho de que se puede llevar el caballo hasta el río, pero que si el caballo no quiere beber, no va a beber.
No creo que tengamos el sistema educativo perfecto, pero aunque lo tuviéramos, si los educandos no quieren beber de él, no hay nada que hacer.
Naturalmente para todo hay expertos y más si se los paga. Seguro que hay un millón de formas de motivar. Pero creo que ayuda el que la familia no crea que hay atajos para el trabajo.