viernes, 9 de octubre de 2009

Sigo sin estar conforme

Si hay algo en lo que los políticos son maestros es en el arte de aguantar un chaparrón. Hay una protesta puntual por el momento en que se cumple y por el arco de tiempo que ocupa y los políticos levantan el cuello de la chaqueta, encogen el cuello, aguantan el chaparrón, sonríen y siguen en lo suyo.
La iniciativa de cuestionar el recorte para la Ciencia ha estado bien, puesto que es hacer algo, pero limitarse a llenar con una cruz la casilla de "hice algo contra el recorte" no da para mucho más que para gastar el bolígrafo. Además de ser beligerante con los recortes o con las omisiones en algunas áreas de investigación, hay que ser beligerante con uno mismo y dar unas cuantas patadas en el culo complaciente del ego autosuficiente que sabe que las cosas están mal, pero que pone el peso de la responsabilidad en la parte ajena de la sociedad.
La Ciencia no llega a la sociedad. Y no creo que la responsabilidad sea de la sociedad. Algo está claro, a quien más interesa que la sociedad vea la Ciencia como algo próximo es a la Ciencia, al estamento científico o como quiera que se pueda llamar la personalización e institucionalización de la Ciencia. Pero cada palo tiene que aguantar su vela y los interesados en que la sociedad se interese por la Ciencia tienen que dar un paso adelante tras otro para conseguirlo.
Hay una parte filosófica en la Ciencia que últimamente se ha descuidado, según mi humilde opinión. Traigo aquí a colación una frase que da para más de un post "la obtención y uso de conocimientos es un fin en sí mismo"
(http://mis-enemigos.blogspot.com/2009/10/la-ciencia-en-espana-no-necesita_07.html)
Va a ser un viaje interesante.

3 comentarios:

Ñbrevu dijo...

Gracias por la publicidad :). Pues sí, ese componente filosófico e idealista ya no existe en absoluto. Ahora la ciencia parece que sólo exista para inventar, no para saber más.

Es curioso que no se le aplique el mismo baremo a la producción de obras de ficción. Parece que exista una convención generalizada de que la ciencia, al tener utilidad pragmática, no puede tener más utilidad, ni puede ser vista desde otros prismas.

ostap dijo...

Bueno, la ciencia sí llega a la sociedad. Pongamos por ejemplo la telefonía móvil, la cantidad de ciencia invertida en un vulgar telefóno móvil de 20 euros es inmensa. Quizás el problema esté en que no se hace llegar a la ,ejem, "sociedad" que para que ese móvil llegue a sus manos previamente en Finlandia han tenido que invertir en formar a los ingenieros que lo diseñaron e invertir en un proyecto a largo plazo.

Dejando a un lado la visión de la necesidad de investigar, la filosofía y el idealismo, cosas que al gobierno se la repapinfla, y viendo al cosa desde su mismo punto de vista estrictamente económico me parece un grandísimo problema que se vea la ciencia como un gasto que hay que recortar y no como un negocio que puede ser rentable, y puede serlo, donde se puede invertir.

Patache dijo...

Lo productos de la tecnología llegan en cierto modo a la sociedad, pero la Ciencia no.
¿cuantas personas saben cual es el proceso para que una llamada le entre en el móvil? ¿cuantos no tienen la más mínima curiosidad sobre ello?
Prácticamente no hay periodistas que difundan adecuadamente las actividades científicas y los científicos que aparecen mucho en los medios para promocionar algo, parecen volverse sospechosos para sus colegas.