domingo, 11 de octubre de 2009

La condenada frase

"la obtención y uso de conocimientos es un fin en sí mismo"
Parece una frase inocente, pero no lo es.
Para los utilitaristas la frase es condenable, porque es culpable de desperdiciar recursos y debe ser reformada para que indique que la obtención y uso de conocimientos debe tener algún tipo de beneficio.
Para los diseñadores del diseño inteligente, la frase es condenable porque es culpable de no tener brida y orejeras, de manera que la obtención y uso de conocimientos esté guiada por una autoridad moral y unos principios dogmáticos y no se distraiga mirando hacia otros horizontes.
Y en eso estamos. La investigación básica, la que no obtiene resultados económicos pero sirve de cimiento para otras investigaciones, no merece recibir dinero y otras áreas no reciben dinero por no "crear polémica social".
Bajo esas premisas, si Darwin se presenta hoy en la ventanilla para pedir fondos para una expedición científica a las Galápagos, solo obtiene, y con suerte, una cortes negativa.
¿A cuantos "Darwins" nos estamos permitiendo el lujo de rechazar?

1 comentario:

Ñbrevu dijo...

Ya lo he dicho muchas veces: el problema fundamental de la economía de mercado es que las empresas sólo ven el beneficio a corto o medio plazo.

Lo cual, encima, tiene el agravante de que las investigaciones no científicas (historiográficas, por ejemplo) no tienen cabida en un modelo dirigido por la economía.

Como rojazo que soy, pienso que el problema fundamental es que la economía ya no es un medio y ahora es un fin en sí mismo, muchas veces por encima de otros más básicos.