Me da mucha rabia y mucha pena cuando leo historias de niños y niñas que desde muy pequeños son sometidos a una férrea y tiránica disciplina física y/o mental. Las gimnastas, los tenistas, ajedrecistas, etc, etc. Antes de tener la edad de poder tomar una cerveza ya están hartos y saturados de aquello en lo que les están educando prácticamente desde la cuna. Los reyes están en el mismo caso. Desde el nacimiento sometidos a una educación de la que los miembros de su generación se libran, sometidos a unas obligaciones a las que los miembros de su generación no están obligados y obligados a cumplir unos objetivos de los que los miembros de su generación se libran.
Yo tengo claro que la tarea de ser rey es tan difícil, tan agotadora, tan exigente, tan ingrata, que es mejor distribuir equitativamente el peso de esa pesada losa y hacer que el cargo de rey sea electivo, por un periodo de siete años improrrogables. Es lo justo, basta ya de abusar de los reyes, libertad para los reyes.
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