viernes, 11 de septiembre de 2009

La dura realidad

Que tiempos los de la caída del Muro. Tiempos de esperanza, de amor, de solidaridad. Palomas al viento, manos entrelazadas, cánticos ante la hoguera.
Que bonito.
Los países occidentales, paraísos de la libertad y la prosperidad, espectantes y esperanzados asistiendo al parto de una Alemania unida para alegría y dicha de todos. Y fueron felices y comieron perdices.
Pero no. Resulta que no. Resulta que los dirigentes de algunos paises y me imagino que capitanes de empresa de algunos paises y demás gente que sabe sumar y restar y que vio que eso les restaba a ellos, no solo no se alegraban por una Alemania unida, es que la temian.
Como para hacer caso a los discursos de la "tradicional amistad entre nuestros países". Menuda banda de hipócritas.
http://www.publico.es/internacional/250963/thatcher/gorbachov/mitterrand/alemania

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