Algo huele a podrido en España; son los muertos que siguen esperando respeto y piedad y van recibiendo olvido. Las leyes, las normas, las autoridades, cristo bendito dirán lo que quieran y querrán convertir en una situación normal algo que solo es costumbre: ayer no se hizo nada, hoy tampoco y mañana tampoco.se hará Cada hombro escurre su parte de responsabilidad y así nos luce el pelo a todos. Como no se puede hacer nada, nada se hace y la culpa parece ser de nadie, cuando es de todos.
En conjunto, si bien no tenemos lo que queremos, ni lo que deseamos, sí tenemos lo que nos merecemos. Somos una nación de mercaderes que ha cambiado un ideal de respeto y de justicia, por un plato de lentejas de tranquilidad. Preferimos dejar las cosas de hoy para nunca a enfrentarnos al toro cogiéndolo de los cuernos. Así es como somos y no hay que sorprenderse, ese es nuestro espíritu. Para todo.
¿Garzón? Garzón jugó fuerte para intentar mover este proceso helado en el tiempo y su recompensa es que examinen sus actos a través de las letras pequeñas de la ley cuando está más que claro que él estaba usando las letras grandes de la justicia.
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